Uspallata – Hogar del cóndor
El Valle de Uspallata se ubica a 100 km de Mendoza, acogido por el Cordón del Plata, recibe las aguas del Río Mendoza y de Picheuta de y los cristalinos arroyos de San Alberto y Uspallata. Un lugar diferente, su verde intenso y profundo se riega por las laderas, este valle se olvida del desierto y se muestra fértil en cada rincón. Siempre listo, el sol de Uspallata no hace caso de las intensas nevadas de invierno o copiosas lluvias de primavera, en algún momento se deja ver, coloreando las cumbres nevadas. Si un pintor hiciera un cuadro que copiara textualmente los matices de Uspallata, al verlo dirían que no puede ser real, porque aquí, la naturaleza no ahorró en colores, encendiendo las mañanas y apagando los atardeceres con rojo, salmón y turquesa, mezclados con pasión.
En este valle nace la Ruta Nacional 149, para unir Mendoza a su hermana provincia de San Juan, a través de sus localidades: Barreal, Calingasta y Tamberías, un recorrido imperdible y maravilloso como pocos en el país. Su altura varía entre 1900 y 2500msnm, y a lo largo de su historia, dejó de ser un sitio de paso hacia y desde Chile, para transformarse en un destino único para vacacionar o alojarse y también para las diferentes formas de turismo aventura y vacacional, practicar trekking, cabalgatas, pesca, safaris fotográficos entre otros… Destino de miles de turistas nacionales e internacionales, entre los que destacan por su fidelidad, los italianos, alemanes, estadounidenses, españoles y franceses.
El paisaje sorprende en cada tramo, destacándose por supuesto la cordillera de Los Andes, con las nieves eternas de la Cordillera de El Tigre. Quien entra en este valle es atrapado por su belleza, sus arroyos de agua pura de deshielo, sus mágicas alamedas, sus callecitas con pendiente que dibujan un maravilloso pueblo. No hay posibilidad de aburrirse, los visitantes, en familia, en grupo o en soledad, pueden disfrutar de la hospitalidad del valle en restaurantes, donde se puede experimentar la gastronomía de excelencia, pero muy autóctona, con comidas típicas, chivitos, empanadas, asados y parrilladas.
Posee cinco hoteles, tres campings, tres empresas que ofrecen cabañas, hosterías, centros de compras, feria artesanal, bancos, estaciones de servicios, alquiler de equipos para los diferentes deportes como esquí, trekking, escalada, etc. Para los amantes de la pesca de montaña, una abundante población de truchas salmonadas y grises, con excelente porcentaje de captura.
Cuando la noche llega, este valle no duerme, la diversión nocturna desvela a los habitantes del lugar. Dos pubs, una confitería con bowling y las salas de juego que ofrece el Gran Hotel Uspallata.
En los últimos años se viene desarrollando una modalidad de turismo denominada “astronómico”, que atrae a los miles de fanáticos que tiene el espectáculo de uno de los cielos más limpios del planeta. Llegan con entusiasmo los “contadores de estrellas” para dibujar sus propios mapas del cielo.
Otra manera de hacer turismo en Uspallata, es recorrer sus tesoros mineros, arqueológicos, y también ecológicos. Se destaca el cerro Siete Colores, el bosque de Darwin, el acceso a las Bóvedas (construidas a fines del siglo XVIII, patrimonio sanmartiniano), así como las minas del Paramillo.
Uspallata y su historia
Un aspecto que no puede eludirse, es el pasado histórico cultural, ya que en sus caminos se llevó a cabo la increíble gesta sanmartiniana, en ese entonces, se concentraron aquí dos ejércitos, preparándose para la épica tarea de liberación. Aunque también fue posta para la avanzada del virreinato en épocas anteriores.
Pero la historia no sería bien contada, si no se dijera que en estas tierras los huarpes tenían su territorio, que fuera también visitado por diaguitas y mapuches. Grandes ceremonias de sanación se desarrollaban en este místico valle, como lo muestran los petroglifos plasmados en el cerro Tunduqueral, con una antigüedad de 800 años. Este cerro, cuyo nombre original es “Apus Tundunqueral, se encuentra a solo 7 kms del paraje de Uspallata. Un pasado, donde también incursionaron los grandiosos incas, trayendo sus conocimientos invalorables sobre irrigación y cultivo, fue un crisol de culturas, ritos y creencias.
Turismo esotérico
La mística de los antiguos moradores, alimentada por la magia propia de la naturaleza, se mantuvo latente hasta estos días, propiciando en el valle las multitudinarias reuniones de grupos como el “siloísmo”a cargo del misterioso personaje Mario Rodríguez, cuya finalidad tenía mucho en común con los antiguos rituales, la curación interior para la sanación integral. Estas reuniones o congresos se realizaron hasta 2004 en el Parque Punta de Vacas, congregando a unos diez mil adeptos llegados desde todas las ciudades seguidoras de Silo.
Pero no solo el siloísmo ha considerado al Valle Uspallata, un sitio especial o sagrado, residen en el lugar algunos maestros espirituales, grupos de metafísica, y varias agrupaciones cuya temática es espiritual, realizan sus encuentros, retiros y congresos, en este lugar. Tal vez, la confluencia de tres ríos es interpretada como una señal, tal vez se considere al Aconcagua, un portal, o el mismo valle se interprete como un centro de energía especial. Lo cierto es que entre meditaciones, charlas y temascales, Uspallata muestra su costado esotérico, atestiguado por quienes aseguran sentirse mejor, con una conciencia más profunda y reflexiva, cuando visitan el paraje.
Como si esto fuera poco, en 2008, se realizó la presentación oficial de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia que culminara con un cierre inolvidable el 2 de enero de 2009, aniversario del nacimiento de Gandhi, ese día fue declarado Día Internacional de la No Violencia.
Auge, población e infraestructura
El magnífico paisaje de Uspallata, la paz que se respira en cada espacio de este lugar de ensueño, son condiciones para que, según los últimos estudios del Instituto de Geografía de la UNCuyo, se considere uno de los lugares con mayor crecimiento poblacional de la provincia, aumentando en promedio, entre 2001 y 2010, un 148% la cantidad de habitantes estables, contando hoy los 9.000 y creciendo.
A esta población se le suma la gran cantidad de turistas que visitan el valle en las 4 temporadas anuales y la creciente circulación de camiones (promedio de 1.000 por día) y vehículos por el Corredor Internacional. Tal vez el problema que subyace es que no se alcanza a generar suficiente infraestructura para acompañar el crecimiento. Los hoteles, con una capacidad de 1400 plazas y las cabañas, con unas 300 plazas más, son rebasados por la gran cantidad de turistas. Y aunque esta afluencia enriquece y fortalece la economía del lugar, es importante considerar, que se deben hacer más y constantes inversiones para responder al consumo de agua, electricidad,gas, alojamiento, recursos de los cajeros automáticos e insumos, por ejemplo, para el hospital Luis CHrabalowski, el único en alta montaña.
Un verdadero desafío tanto para los delegados municipales y habitantes del lugar, como para las entidades de preservación ecológica, y el gobierno de la provincia.
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