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Turismo de otoño en Mendoza

\"Otoño

No es lo mismo el otoño en Mendoza

Qué ocurre con el turismo, fuera de temporada, cuando los ruidos se alejan, las ciudades recuperan su furor y los centros turísticos descansan; algunos deciden que es el mejor momento para descansar. Un fin de semana largo, fechas especiales que ameritan feriados, o pequeñas escapadas que permiten recuperar la energía, son oportunidades bien aprovechadas por este grupo de amantes de la tranquilidad.
Pero dónde ir, los paisajes cambian tomando un mágico color dorado, las lejanas nieves se acercan… la magia de otoño comienza en ciertos lugares. Uno de los mejores destinos que podemos elegir en otoño, es la Provincia de Mendoza. Dejarse entibiar por un hogar, mirando las lejanías desde la comodidad de una cabaña, es emprender un viaje personal en paz.
Como si un pintor jugara con los ocres, las alamedas se mecen reflejando atardeceres. Suaves brisas, aguas cristalinas corriendo en sus cauces… «No es lo mismo el otoño en Mendoza…» dijo el autor, y no se equivocaba.
El turismo otoñal tiene un perfil diferente, es apto para los observadores, los que saben cómo contemplar una cumbre. Lejos quedaron los ruidos, ahora la música que se escurre entre las quebradas llena los valles.
\"Amor

Otoño en pareja

 
Después de disfrutar la algarabía del verano, los juegos de los niños o la aventura de los deportes acuáticos, es tiempo de regalarse momentos íntimos, de hogueras y caricias. El otoño es óptimo para que una pareja escape hacia el recuerdo. Para encontrar espacios donde charlar, mirarse y volver a enamorarse. Porque recordar el origen del amor es nutrir la relación, y nada mejor que una cabaña rodeada de belleza natural, para un reencuentro bien merecido.
 
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Turismo para los solitarios

 
El momento de refugiarse con ese libro que no terminamos, el CD que nos inspira o el ansiado silencio que nos permite sentirnos escritores, poetas y fotógrafos geniales. El otoño nos regala una forma diferente de hacer turismo. En otoño el tiempo se detiene, la tierra abre sus brazos para recoger las joyas doradas de los árboles. En otoño tenemos la oportunidad de ver la hermosa desnudez de la naturaleza.
Las montañas comienzan a tender su manto blanco, las nubes se arremolinan entre blancos y grises. ¿Quién puede resistirse?
 

Escapar para encontrar

 
El año laboral comienza con su vertiginosa carrera, las labores y responsabilidades, crear mil soluciones a mil problemas. Pero a veces, podemos regalarnos momentos en que podemos escapar, salir, bajar del mundo por unos días. Y allí está la montaña de Mendoza, amplia, hospitalaria, imponente y acogedora. El lugar ideal en el momento justo: otoño.
Es cuando la gente de los pueblos recupera su apacible rutina, entonces los turistas pueden  integrarse a la vida natural, hay tiempo para unos matecitos, o un buen vino junto al hogar. Una charla amena con el baquiano, las tortitas caseras y las gallinas ruidosas correteando. Todo cambia en otoño, nosotros cambiamos en otoño.
 
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Donde el otoño nos lleve

 
Hacer turismo en Mendoza durante esta mágica estación, puede ser más o menos intenso, según el destino que se elija. Si la montaña nos llama, Uspallata es siempre el mejor lugar, pequeño pero versátil, ofrece comodidades y un espectáculo único de cumbres, ríos e historias.
Si preferimos un espacio donde el piedemonte y la ciudad se rocen como enamorados, para tener todo al alcance, el Challao es el hijo predilecto de la provincia, con sus paisajes y su tranquilidad, enlaza los cerros y pequeñas quebradas, con la modernidad exultante de la Ciudad de Mendoza.
Para recomenzar el año, disfrutar el otoño en Mendoza nos renueva, nos vuelve contemplativos, olvidando el estrés y respirando el fresco aire de la montaña cuyana. Es fácil dejarse llevar por una tonada, un Malbec y un atardecer, es fácil ir donde el otoño nos lleve.