Historia de El Challao
El Challao es un área extensa, cuya historia y atractivos la transforman en el portal del turismo en Mendoza. Como cada espacio turístico de esta hermosa provincia, también nos cuenta una historia. Sus primeros pobladores fueron huarpes, cuyo cacique se llamaba Challao (cuenco de agua), este cacique no supo o prefirió no defender su territorio ante la llegada de los españoles, se los cedió y allí, en 1562, los conquistadores comenzaron la explotación de oro, en manos luego de los jesuitas, hasta el siglo XVIII. Fue en esta época, a principios del siglo XIX, cuando se construyera el acueducto que, desde El Challao, dirigía las aguas del río hacia la antigua ciudad de Mendoza. Este fue renovado en 1876, construido con caños de cerámica, distribuía el agua a través de surtidores públicos ubicados en diferentes puntos de la ciudad.
Desde entonces, por supuesto, se dieron muchos cambios, pero lo importante es la unión que siempre se ha establecido entre esta zona y la ciudad de Mendoza. Hoy, por ser lugar de muchos atractivos, reúne a miles de turistas y también los habitantes locales, ya que concentra actividades para el deporte y la recreación. Brindando además de su belleza paisajística, variadas respuestas a las necesidades de visitantes y usuarios permanentes de sus espacios.
La gran oferta incluye campings, complejos, cabañas, un mirador, boliches, salones de fiestas, el Santuario, la “Alfombra Mágica”, los recuerdos del abandonado parque de diversiones “Challaolandia” y el recordado Autocine El Challao. En cuanto a su población, ha crecido exponencialmente, proliferando hermosos barrios, algunos privados y la mayoría de acceso limitado.
Debido a la interesante variedad de atracciones, daremos a cada una, la atención merecida. Comenzaremos por el principio, como se debe, porque en cuanto se deja la ciudad, de un momento a otro, todo cambia y el verde estalla a partir de Los Portones del Parque San Martín.
Parque General San Martín
Su creación respondió a la necesidad de generar una defensa aluvional, que protegiera la nueva ciudad, que se construyó después del terremoto devastador del año 1861, propulsada por el Ministro de Obras y Servicios Públicos Emilio Civit, a través de las leyes N°3 y 19, que dan creación al denominado entonces Parque del Oeste.
Se encarga la obra paisajística al experto creador de espacios tales como: Parque 9 de Julio, Parque Sarmiento y Parque Nahuel Huapi, el francés Carlos Thays y en 1944 se le otorgó el nombre actual.
En su entrada principal, reciben con su majestuosidad, los Portones del Parque, instalados en 1907, obra que el maestro restaurador, Miguel Ángel Marchionni, pusiera en valor en 2013, respetando los materiales y técnicas originales de realización (su peso total es de 47017 kilos). Ostentan un cóndor y el escudo de Mendoza, elaborados magistralmente.
Al traspasar los portones, nos encontramos con una original obra en dúo, Los Caballitos de Marly, los cuales replican a los originales de los Campos elíseos de París. Y a partir de allí, un mundo de verde frescura, donde crecen y se multiplican las 300 especies, las que originalmente se introdujeran en el predio, traídas desde América del Norte, Asia, Europa y Australia, amalgamadas luego, con nuestras especies autóctonas.
El Parque es un laberinto muy bien diseñado, con 17 km de pequeñas calles y anchas avenidas, cuyos nombres ilustran las especies que las bordean (Los Tilos, Las Palmeras, etc.) demostrando que se ha priorizado en la importancia de la naturaleza y donde se encuentra espacio para todo tipo de actividades deportivas, culturales y de esparcimiento.
Decoran las rotondas nada menos que 34 esculturas de diferentes dimensiones, incluidas fuentes de una estética impecable, destacándose La Fuente de los Continentes y el Monumento al Ejército de los Andes, que se encuentra en el Cerro de la Gloria.
Desde hace más de cien años, este parque es uno de los más importantes espacios verdes de la Argentina, no solo por sus dimensiones, sino por su estética, donde confluyen influencias francesas, inglesas y también locales. Sus 307 hectáreas cultivadas, logran su “bouket” con el maravilloso Rosedal, este paseo de estilo francés, que se encuentra frente al Lago del Parque, en él una gran diversidad de rosales de diferente origen, invitan al relax y al romanticismo.
Frente a éste, el Lago refleja fielmente el cielo, mientras a su alrededor, miles de personas disfrutan de la práctica de algunos deportes acuáticos, tales como el remo de competición, wakeboard y el paseo en botes para visitantes. Frente al famoso y tradicional Club Mendoza de Regatas, de estilo inglés, donde se realizan otros deportes.
Sobre las alegres calles inundadas de mendocinos y turistas ávidos de las bondades de este parque, se puede ver ciclistas, skaters, patinadores, caminantes, clases de salsa y de gimnasia aeróbica, y también pistas de salud para el placer de los atletas.
A toda esta actividad se agregan sus restaurantes, el pequeño y pintoresco Teatro Pulgarcito, los clubes deportivos, las Universidades y para coronarlo, en la cima del camino, el imponente Cerro de la Gloria.
Los turistas se trasladan en auto, en microbuses, en la famosa “bañadera”(un micro sin techo que hace las delicias de los sorprendidos visitantes), también churrasqueras, camping, unidades de servicio y la protección de la Dirección de Parques y Zoológicos de Mendoza. Entre los muchos atractivos, se brindan conciertos sinfónicos en la isla del lago, y muestras de cine argentino.
Instalaciones de interés en el Parque Gral. San Martín
El famoso Teatro Griego Frank Romero Day, o anfiteatro, escenario de todas las ediciones de la Fiesta nacional de la Vendimia, desde 1963, tiene una capacidad de casi 20.000 espectadores, sentados, y se triplica con el público que presencia el maravilloso espectáculo desde los cerros aledaños (también una tradición, la de llevarse el matecito y unas viandas para esperar desde temprano la celebración).
Su nombre original es Anfiteatro del Cerro de la Gloria, una monumental obra realizada por un destacado arquitecto de la comunidad mendocina, Daniel Ramos Correa, quien llevara a cabo además la remodelación del Cerro de la Gloria, un teatro al aire libre de pequeñas dimensiones y el traslado y modernización del Zoológico. El bolsón que se eligiera para realizar el anfiteatro, era ya un escenario natural y sólo restaba acondicionarlo para la realización de las festividades, luego el ingeniero Frank Romero Day fue quien aportó los fondos necesarios para culminar las obras.
Museo de Ciencias Naturales y antropológicas, Juan Cornelio Moyano: en éste se expone la increíble cantidad de más de 80.000 ejemplares, donde la naturaleza y la historia de la vida se muestran de manera didáctica y estética. Es una entidad abierta a la comunidad en general, que intenta plasmar el fluir continuo de los tiempos, la diversidad de especies y propone una toma de conciencia sobre la existencia misma. Se fundó el 15 de abril de 1911, como Museo General Regional y en la actualidad se lo ha declarado Bien del Patrimonio Nacional, por la importancia de sus colecciones. Éstas incluyen Mineralogía, Paleontología, Etnología, Arquelogía y Zoología.
Estadio Provincial Islas Malvinas: se comienza su construcción en 1976, por obra del arquitecto uruguayo Rafael Viñoly, donde antes funcionara el autódromo provincial, para ser utilizado dos años después durante el mundial de 1978. Se encuentra en el piedemonte, en el corazón mismo del parque Gral. San Martín, a solo 3 km del km 0 de la ciudad de Mendoza.
Inaugurado el 14 de mayo de 1978, con un partido entre la selección de Mendoza y la de San Rafael. Su nombre fue dado en honor a la gesta de Malvinas, en 1982, cuando abandonara su antiguo nombre, Estadio Ciudad de Mendoza. Su capacidad es de 42.000 espectadores, distribuidos en sus 4 plateas. Actualmente continúa su remodelación a fin de adaptarlo a las demandas actuales de los eventos deportivos de nivel internacional. Se han realizado además de eventos deportivos, gran cantidad de recitales y eventos artísticos de diferente índole.
CRICYT: Centro Regional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, dependiente del CONICET, de libre acceso para todos los solicitantes, y donde se pueden observar las modernas instalaciones de investigación avanzada, sobre el ecosistema y sus actores.
ICB: Instituto de Ciencias Básicas, que funciona en las instalaciones de la ex Eureka, manteniendo la tradición de aquél espacio, por la estimulación de los alumnos en el conocimiento de biología y otras ciencias básicas.
Completan el panorama importantes clubes como: Club Hípico Mendoza, Mendoza Lawn Tennis Club, Golf Club Andino, Aeroclub Mendoza, Velódromo Mendoza, Club Atlético Gimnasia y Esgrima y el Club Sportivo Independiente Rivadavia.