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El abuelo se enamoró

Abuelos enamorados

Nuestra sociedad mantiene ciertos cánones preestablecidos respecto a la edad en que se pertenece al mercado laboral, la edad en que un adolescente se transforma en adulto y accede al mundo de la pareja, la familia y las responsabilidades, y también se espera que a cierta edad, luego de los 60 años, las personas reduzcan su velocidad, por decirlo de alguna manera.
Y en este último parámetro vale la pena detenerse. Los adultos mayores, luego de haber formado una familia y ver crecer a los hijos e incluso a los nietos, parece no tener mejor cosa qué hacer que mirar televisión, alimentar palomas y permanecer un poco al margen de la vertiginosa vida familiar.
Sin embargo, muchos abuelos encuentran en este tiempo libre de responsabilidades, un momento invalorable de reencuentro consigo mismos.

Internet para mayores

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Gracias a Internet, cada día más la tercera edad encuentra una valiosa salida al aburrimiento y la soledad. Ahora es posible encontrarse con amigos de antaño, parientes queridos y… por qué no, generar nuevas amistades y relaciones. Se ha observado un importante crecimiento en los grupos de chat para adultos, en rangos de edades que van desde los 50 a los 80 años!
Hoy vemos ancianas y ancianos de más de 70 años,  chateando en Internet a través de páginas como: Post55, maduritos.com, Facebook,  Skype y muchas más, pero para sorpresa de muchos, no solo se conectan con sus familias a través de las redes, sino que se interesan por conocer gente nueva, con gustos y edades afines.

Viajes y diversión

Cuando se establecen estas nuevas relaciones, se observa el fenómeno del grupo de adultos mayores, forjando un mundo nuevo para ellos. Por este medio se llega a los, cada vez más populares, organizadores de viajes y eventos para adultos mayores. Se los puede ver acordando reuniones, salidas, bingos y muchas otras actividades
Los abuelos pueden ir a bailar esos tangos y milongas, ese folklore y los amados pasodobles, que tanto los emocionan. Disfrutar noches de júbilo junto a sus pares, contando anécdotas y reviviendo las mejores partes de su pasado juvenil. Esto rejuvenece a todos, porque la alegría refresca el alma y revitaliza el cuerpo.

El amor es posible

Y como se da a cualquier edad, las salidas, los viajes a lugares hermosos, la convivencia en acogedoras cabañas, invitan a conocerse mejor y tal vez… a enamorarse. Los abuelos no están fuera de esta regla y es posible que al volver de un viaje grupal, ya no se sientan tan solitarios.
La familia se sorprenderá al ver a la abuela recibiendo llamadas de un tal José o al abuelo sacando su mejor traje para visitar a una amiga.
Pero tranquilos, familia, ellos también tienen derecho a sentirse vitales, a emocionarse mirando unos ojos afectuosos. Los abuelos estarán mejor si pueden expresar sus sentimientos, dejando con afecto los fantasmas queridos del pasado.
La actividad física, la actitud mental y por qué no, la apertura emocional, regalarán a nuestros padres y abuelos, muchos años más de su querida presencia.
Cada vez más personas de la tercera edad, se resisten a ser anuladas socialmente, entonces se unen a grupos de viajes, se reúnen con viejos amigos y amigas, van a fiestas, en las que se hace honor a su música preferida y donde pueden conocer a otros navegantes del tiempo. En estos viajes, la mejor opción es ocupar una acogedora cabaña lejos del ruido y en contacto con la naturaleza. Allí todo es posible.
Nunca estará preparada la familia para descubrir que el adulto mayor, tiene una relación más que amistosa con alguien. Puede resultar en una crisis familiar que el abuelo presente una novia, o que un señor desconocido pase a buscar a la abuela para salir a cenar. Y cuánto más puede dejarlos boquiabiertos, que se enamoren y deseen convivir. La familia suele tomar el control casi total de la vida del adulto mayor, pero d
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e pronto, decide independizarse y recuperar su individualidad. Cómo no sorprenderse.
Las relaciones amorosas, no siempre deben implicar cierta funcionalidad biológica y cierta capacidad física, para desarrollar una actividad sexual, según lo que se considera normal. El afecto, la ternura, la compañía mutua, son una forma de relacionarse y amarse, propias de la tercera edad.
El ser humano está vivo hasta el justo momento en que muere, por lo tanto, mientras haya vida, puede haber ilusión, amor, ganas de compartir y reír. Amar es un derecho que nos da la vida, y jamás dejamos de encontrar oportunidades para ser felices, si estamos atentos y abiertos.
Respete a sus mayores, déjeles su espacio personal, estimule sus actividades, confíe en su experiencia. Acepte que el milagro del amor, no tiene fecha de vencimiento.